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Mostrando entradas de agosto, 2013

Contradiciendo al Creador

Contradiciendo al Creador Por   Eduardo Correa       En un lejano lugar de India, república ubicada en Asia del Sur, cuya extensión  –la de India-  es la séptima del mundo y por su número de habitantes es la segunda más poblada del planeta –cerca de 1.300 millones de personas-, sucedió el caso siguiente: Un día cualquiera, una joven señora, madre de dos hijos y que habita en un techo en condiciones de  pobreza, al   extremo de no conseguir, a veces, el dólar diario que la sustenta y sostiene, recibió la visita de una acomodada dama londinense que le hizo una propuesta que consistió en que la mujer india  alquilara su vientre a un matrimonio norteamericano con deseos de tener “hijos”. Se le explicó que si aceptaba recibiría  la suma de cinco mil dólares y, por supuesto, que todos los gastos propios del embarazo, parto, medicinas y médicos correrían por cuenta de los interesados. La humilde mujer se impactó al principio por la inusual proposición, pero p

¿Quieren debatir? Pues, aquí tienen (1)

¿Quieren debatir? Pues, aquí tienen.   (1) Por   Eduardo Correa        Las ideas plausibles deben ser puestas sobre la mesa y sometidas   al concurso de las mayorías de una manera sana, creíble y   verdadera y que al final se tenga un resultado de las mejores posturas que satisfagan a todos –o a casi todos-   y emprender así los caminos por donde la fuerza colectiva empuje hacia el mismo lado y se busquen los mismos horizontes. Hoy, más que nunca, cuando el país viene transitando y creando espacios de libertad y desarrollo, deben dejarse de lado las posiciones personalistas, grupales e impregnadas de ciertos intereses oscuros que puedan hacer que se desvíen los propósitos históricos trazados y en los que los sectores populares han apostado todo. Abrirse a la discusión y al debate verdadero y desprovisto de bajas pasiones, arrogancia y abuso de poder –de quienes lo ostentan y sea cual sea su expresión- debe ser la insignia que marquen estos tiempos que nos toca vi

Otro tema para el debate (2)

Otro tema para el debate público (2) Por   Eduardo Correa         Está circulando en la red de redes unas recomendaciones que hace el primer ministro chino, y que tratan de cómo un país crece,   mejora y crea las bases firmes para una prosperidad sostenida en el tiempo y en el espacio y en todas las áreas pertinentes. Es obvio que lo propuesto por el político asiático ha sido puesto en práctica en su nación y de ahí el lugar que ahora ocupa el pueblo chino en el concierto internacional, en cuanto a desarrollo y crecimiento se refiere. Nosotros vamos a tomar una de esas recetas como simple relación en el tema que trataremos y que tiene que ver con el quehacer político, no sin antes hacer abstracción del   contexto y lo peculiar de cada pueblo. Asimismo, debemos acotar que el tema es un tanto escabroso y de seguro afectará la piel sensible de unos cuantos y por ello pedimos que nos excusen. He aquí el encargo del primer ministro oriental: “Reducción de al menos un

¿Quieren debatir? Pues, aquí tienen (3)

Más temas para el debate: Empresas socialistas (3) Por   Eduardo Correa           Chávez, antes de morir,   propuso un gran debate público en torno de los grandes temas que debe abordar el país. Y nace la propuesta luego de haber asegurado seis años más de su rol como primer magistrado nacional. Y decíamos en artículos anteriores que la ocasión la pintaban calva –sentido de la oportunidad, según el decir popular- para una discusión sincera y sin tapujos y con el concurso de todos, sin soslayar sector alguno y cediendo los espacios de rigor para ser escuchados. Vano o flaco servicio se haría a la patria si se desdeñara las opiniones de cualquier segmento de la vida pública. Y no debe ser una discusión de sordos y engreídos, sino que por el contrario se tienda la mano y se haga una comunicación que resulte fértil y productiva.    En esta oportunidad tocaremos el tema de las empresas socialistas que existen a nivel nacional y regional. Repasemos, entonces,   brevemente, desde

Carta a mi hija María del Valle

Carta a mi hija María del Valle: Acarigua, 22 de septiembre de 2010             ¿Cómo olvidar aquel hermoso día cuando viniste al mundo, a mi mundo, a mi entorno? Todo aquel gran espacio me pareció muy pequeño a tu llegada. Estabas ahí, bella, chiquitita, con tus ojitos que parecían mirarme y que creí   percibir –solo para mí- una tenue y sutil sonrisa que provenía de tu boquita bien dibujada por el cielo. Yo me sentí tan feliz que elevé mi mirada al Altísimo agradeciéndole ese gesto admirable de darme a esa criatura que pensaba era toda   mía.         Aquel 22 de septiembre permanecerá en mi memoria y en mi corazón por siempre porque tu ansiada llegada borró de raíz cualquier sinsabor o tristeza que pudo haberme afectado en cualquier tiempo. El momento cumbre fue cuando te tuve en mis brazos por primera vez. Por poco me desvanezco de las maravillas que embargaron mi cuerpo y mi mente al sentir tu cuerpecito, tierno y febril, junto al mío. Ahora, después de este es