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Mostrando entradas de octubre, 2014

Algunas emisoras deforman el folclor

Algunas emisoras deforman el folclor Por  Eduardo Correa       Un barquisimetano lo expresaría de este modo: “Ah mundo, cuando en la radio de antes se iba a escuchar algo así”,  un zuliano diría: “¡Que molleja, primo hermano!”, y un llanero sin dobleces: “Cámara, eso le hace daño al folclor”,  y ello ocurriría al no más escuchar una canción voluptuosa de la bonita intérprete Scarlet Linares,  que es muy sonada en las hondas hercianas por estos días y se titula “Ojalá que no puedas”, donde describe,  de acuerdo con mi óptica, de manera detallada, obscena, e incluso lujuriosa, las acciones de una de sus últimas letras grabadas “en vivo”  y suelta perlas como estas: “Ojalá que no puedas hacerle el amor cuando duermas con ella” o “cabalgando en mi vientre te quedabas dormido”, en un lenguaje directo, sin musa, sin ingenio ni metáfora y cantado con estridencias y que al decir de una emisora local ocupa “el primer lugar de sintonía”. Nada más y nada menos, pues. Y no sería de

¿Vender Citgo? A mí no me parece

¿Vender Citgo? A mí no me parece Por Eduardo Correa       En cuanto Rafaél Ramírez, presidente de la estatal petrolera venezolana, anunció que al tener un comprador que llenara las  aspiraciones del país en cuanto a precio y otras condiciones de rigor, procederían a vender Citgo, empresa filial de Petróleos de Venezuela que funciona a modo de refinería y que opera desde hace años en el mercado de la gasolina estadounidense, fue como encender las mechas de la discusión. Y es que al conocerse la posición del alto dirigente gubernamental surgieron voces políticas, unas en pro y otras en contra, e incluso algunas denostaban de esa posibilidad de negocio. Pero después sucedió que el jefe del petróleo fue relevado del cargo y enviado a otra responsabilidad ministerial. Y por su parte Maduro, en un viaje a Nueva York, negó que la empresa referida estuviese en venta. De eso hace un par de meses, más o menos.         Entonces me dije que me gustaría oír la opinión de mi amigo e

Yo no vendo mi conciencia

Yo no vendo mi conciencia,                                                         Por Eduardo Correa Unos ofrecen villas y castillos, yo sólo ofrezco amor y aunque el oro brille amarillo es más radiante mi sol. Otros confunden amor con dinero y sólo escuchan halagos, a mí me llena "un te quiero" y el Dios Divino por Sabio. Hay quienes se creen superiores al ocultar lo pequeño del alma, la razón le huye al mediocre y al cuerdo lo acompaña la calma. Muchos anhelan riquezas y piensan que ella es abrigo, a mí me corre en las venas la lealtad del amigo. Voy por el mundo sonriendo y tiendo mi mano sincera, mi conciencia yo no la vendo porque es mi fiel compañera De niño aprendí que el amor es la meta más grande del mundo y aquellos que sienten dolor saldrán de ese abismo profundo. La vida me enseñó que el error debe perdonarse del todo y como lo dijo el Padre Creador "Ámense los unos a los otros...".

Al son de su arpa conquistó el mundo

Al son de su arpa conquistó el mundo Por  Eduardo Correa          El arpa, singular instrumento musical antiguo, tiene muchos ejecutantes notables. Por ejemplo, y como se sabe, Venezuela es cuna de innumerables arpistas que han maravillado con su música genial, no solo a l país, sino allende las fronteras. Pero, a quien voy referirme de modo especial no nació en esta latitud. El personaje en cuestión vio vida en una isla, la más grande de las Antillas que es Cuba y responde al nombre de Alfredo Rolando Ortiz. No se formó allí, sino que desde muy joven emigró a Venezuela contando apenas once años de edad. Una vez en nuestro suelo se dio la mano con el joven venezolano y compañero de escuela, Fernando Guerrero Briceño, quien ya era un aventajado ejecutante del arpa y conocedor profundo del instrumento, le enseñó en lo tocante al género popular. Valga decir que sobre Guerrero Briceño no abunda la literatura que dé a conocer de forma amplia su obra musical y los logros que existen

Una princesa vi ayer

Una princesa vi ayer Una princesa vi ayer Y me quede entusiasmado Tenía porte delicado Y ternura de mujer. Piel blanca y tersa tez Y ojos de lucerito Con un cuerpo muy bonito, Imponente y esbelto. Cuando mis ojos la vieron Me salto el corazón Y me envolvió la pasión Y el amor que adentro llevo. Yo me quede casi lelo Cuando llego a la estancia Con una suave fragancia Que llegaba al cerebro. Tiene un cuerpo bello y tierno Y cinturita de reina, Unas bien torneadas piernas Y un rostro egipcio o griego. Boquita de caramelo Y sonrisa sin igual, Un perfil para pintar Por Picasso o el Greco. Y Neruda le haga un verso Y el Gabo una novela Donde ella sea la estrella Y sea yo su compañero.

¿Y por qué temerle a los años?

¿Y por qué temerle a los años? Por   Eduardo Correa        Reynaldo Armas dice en una de sus canciones: “Ayer me percaté de mis arrugas, y estático quedé frente al espejo, mis canas cada día más numerosas, se nota que me estoy poniendo viejo”. Y el vocablo “estático”, en varias de sus acepciones, quiere decir que se quedó “asombrado”, “perplejo”,   “lleno de emoción” y para decirlo en términos de la moda juvenil: “Se quedó en el sitio”, pues. Y es que en eso de la edad es mucho lo que se ha dicho siempre, en todas las épocas, y cada vez se le teme más y más a la vejez. Y si de refranes se trata, ni se diga, abundan como el agua de mar. Por ejemplo, si vas a una fiesta no falta quien diga despectivamente   “quien va a bailar con vieja habiendo tanta muchacha” o viceversa, y algunos llegan a la temeridad de expresar cuando los relacionan con una mujer entrada en años: “No chico, eso es mentira, para vieja, mi madre”. Y en la literatura mundial son muchos los autores que se